Marathón vence a Platense con gol agónico de Rubilio Castillo y sigue a la caza del Olimpia

Rubilio Castillo desata la euforia en San Pedro Sula y mantiene al Marathón en la pelea por la cima

En el Yankel Rosenthal, la historia parecía escrita para el empate… hasta que Rubilio Castillo decidió cambiar el final, con el reloj marcando el tiempo añadido, el eterno goleador verdolaga se elevó en el área para conectar un cabezazo letal y firmar el 1-0 sobre Platense, un triunfo que mantiene al Marathón respirándole en la nuca al líder Olimpia.

El héroe, sin embargo, también tuvo su cara amarga, en medio de la euforia, Rubilio celebró con la afición y terminó viendo la tarjeta roja por doble amarilla, cerrando la noche como protagonista absoluto: héroe por su gol, villano por su impulso.

El encuentro, correspondiente a la jornada 19 del Apertura 2025, fue una auténtica batalla de desgaste, durante el primer tiempo, el juego se trabó en el mediocampo y las llegadas fueron escasas. Jaylor Fernández y Damín Ramírez intentaron inquietar a José Orobio, pero el arquero colombiano del Platense respondió con solvencia. Del otro lado, Carlos Pérez estuvo a centímetros de abrir el marcador tras un error defensivo de Javier Rivera, aunque su disparo se perdió por poco.

El segundo acto cambió el tono: Platense adelantó líneas y avisó con un cabezazo de Georgie Welcome que se estrelló en el poste al 59’. Marathón, empujado por su gente, reaccionó con intensidad y encontró en Rubilio su carta más peligrosa. Orobio volvió a lucirse al 73’ tras rechazar un potente frentazo del delantero, manteniendo con vida a los porteños.

Pero el desenlace estaba reservado para el suspenso. En el 90+2’, Samuel Elvir levantó un centro milimétrico desde la izquierda y Rubilio, con su instinto infalible, cabeceó al fondo de la red.

La emoción del gol fue tan intensa que Rubilio Castillo no pudo contenerse, apenas el balón besó la red, el delantero corrió directo hacia la grada, se fundió con la euforia de la hinchada y, llevado por el impulso, terminó trepando la malla del estadio Yankel Rosenthal para celebrar con su gente.

El festejo, sin embargo, tuvo consecuencias,cuando el atacante verdolaga descendió de la barandilla, el árbitro Jefferson Escobar ya lo esperaba en la línea lateral. Sin dudarlo, le mostró la segunda tarjeta amarilla, lo que significó su expulsión del partido.

Rubilio, consciente de su exceso, aceptó la decisión sin reclamos y se marchó hacia los vestuarios con la serenidad de quien sabe que la emoción le jugó una mala pasada.

Durante la transmisión, el relator de Deportes TVC, Orlando Ponce, recordó que este tipo de celebraciones están penadas por el código disciplinario del fútbol hondureño, que establece amonestación automática para los jugadores que suban a las mallas o interactúen con el público de forma peligrosa.

Eso no evitó que el estadio estallará por el Rubigol, haciendo que Marathón sume tres puntos que lo dejan con 36 unidades, a solo una del Olimpia, alimentando la lucha por el liderato del torneo hondureño.

Platense, en cambio, se marchó con las manos vacías y se mantiene octavo con 19 puntos, viendo cómo se complica su sueño de clasificación.